Vivir felices para siempre con un compañero de cuarto

Si vives con compañeros de habitación, la comunicación es clave, y también lo es saber cuándo elegir tus batallas.Image

Cuando dos o más personas comparten un espacio de vida, es inevitable que surjan conflictos. Calcetines sucios en el suelo, jarras de leche vacías en el refrigerador, luces encendidas toda la noche... Las posibilidades son infinitas. Ese compañero de trabajo con el que te gusta trabajar puede ser una persona muy diferente como compañero de piso. Saber cómo tratar con buenos y malos compañeros de piso es una habilidad fundamental.

A continuación, te explicamos cómo:

Establece grandes expectativas

Es una buena idea establecer reglas con las que todos los compañeros de piso estén de acuerdo. Intenta cubrir todos los aspectos de tu rutina diaria, desde la limpieza de la cocina hasta los rituales nocturnos. Cosas como:

  • ¿Cuál es su política sobre los invitados, especialmente sobre los que pasan la noche?
  • ¿Quién saca la basura?
  • ¿Tu perro puede echarse una siesta en el sofá?
  • ¿Quién se asegura de que el propietario reciba el pago?
  • ¿Quién tiene el primer derecho a ducharse cada mañana?

Considera también las primeras semanas de convivencia como una representación de lo que desea para el futuro. Si no te gustan las grandes fiestas, no aceptes organizar una gran fiesta de inauguración de la casa.

Tener reuniones

Las reuniones regulares en casa pueden parecer una tontería, pero en realidad son una excelente manera de establecer reglas y ayudar a mantenerlas. Establece pautas para todos los espacios compartidos, como el refrigerador, los baños y las salas de estar, y permite una comunicación abierta sobre cualquier tema. Cualquier regla que decidas está bien, siempre y cuando todos estén de acuerdo con ella desde el principio. Aunque parezca exagerado, poner estos detalles por escrito puede ahorrarles muchos problemas a todos más adelante. Mejor aún: escríbelos en un área que sea fácil de ver para todos, como una pizarra.

Comunica tus problemas, amablemente

Es inevitable que surjan problemas. Mantener abiertas las líneas de comunicación ayudará a evitar que muchas puertas se cierren de golpe. Si tienes un problema (dentro de lo razonable), intenta plantearlo de forma diplomática y recuerda siempre la regla de oro: trata a tus compañeros de piso como quieres que te traten a ti. Y recuerda que tu manera de ser no es la única. Tal vez tú enrolles tus toallas limpias mientras ella dobla las suyas. Hay cosas por las que no merece la pena luchar.



Aprende a compartir

Si esta es una de tus primeras incursiones en la convivencia con personas que no son de tu familia, te sorprenderá saber que compartir no es algo natural para todos. Tal vez seas uno de 10 hijos y estés acostumbrado a llegar a acuerdos; tu compañera de cuarto podría ser hija única, por lo que mirar "Scandal" durante 10 horas seguidas en la televisión compartida puede no parecerle un gran problema. Intenta plantear el tema con tacto y no siempre supongas que es deliberado. (También es muy probable que no seas el compañero de cuarto perfecto las 24 horas del día, los 7 días de la semana).

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