Cuando estás en casa todo el día, mantener tus espacios de vida y de trabajo limpios y ordenados puede parecer más una prioridad que nunca. Pero estar al tanto de las tareas del hogar puede volverse abrumador rápidamente si no se cuenta con una estrategia para lograr el éxito. Antes de posponer la limpieza un mes más, aquí te presentamos algunas formas de hacer que las tareas del hogar sean una parte cómoda e incluso agradable de tu rutina diaria.
Empieza pequeño
Si comienzas y terminas cada día recogiendo un poco, nunca más volverás a verte abrumado por las tareas del hogar. Mantener una casa limpia comienza con buenos hábitos como tender la cama todas las mañanas y limpiar los platos mientras cocinas. Nadie quiere navegar a través de un campo minado de desorden del ayer para hacer café, así que nunca te permitas quedarte dormido con platos sucios.
Antes de empezar a trabajar por la mañana, tómate uno o dos minutos para ordenar. De esa manera, podrás esperar terminar tu jornada laboral con una casa limpia y libre de estrés.
Diviértete
Incluso las tareas domésticas más denostadas pueden ser agradables si tienes unos auriculares o un altavoz portátil. A decir verdad, limpiar la casa es una fuente oculta de tiempo dedicado a ti mismo que eventualmente aprenderás a amar.
Simplifica tu lista de tareas
En lugar de hacer una lista interminable de proyectos inalcanzables, divídela en partes manejables y del tamaño de un bocado.
Consigue una hoja de papel en blanco y haz cuatro columnas: diaria, semanal, mensual y anual. Las tareas cotidianas como hacer la cama, recoger la casa y lavar los platos pueden ir en la columna diaria. Tareas como pasar la aspiradora y quitar el polvo pueden incluirse en la columna semanal o mensual, dependiendo de lo que sea realista para tu estilo de vida. Reserve la columna anual para proyectos grandes como limpiar el horno, lavar la alfombra con champú y limpiar las aspas del ventilador.
Apunta a lo terminado, no a lo perfecto
Nadie va a repasar tu trabajo de limpieza con un peine de dientes finos, así que no te molestes en preocuparte por las cosas pequeñas. El objetivo es hacer de la limpieza un hábito alcanzable que se adapte perfectamente a tu ajetreado estilo de vida; Preocuparse por no hacer un trabajo lo suficientemente bueno sólo hará que postergues más las cosas.
Otro problema es morder más de lo que puedes masticar. Si trapear toda la casa a la vez parece una tarea demasiado desalentadora para una tarde, por ahora confórmate con el piso de la cocina. Siempre puedes pasar a otra habitación si sientes la necesidad.
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