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En general, como personas, amamos sentirnos cómodos, consentidos y hasta quizás, que un lugar nos dé un sentido de pertenencia, ya sea si vamos a un evento, una reunión, un hotel, hasta si vamos a vacacionar y rentamos alguna casa.

Por lo tanto, poder lograr ver aquello que a nosotros nos hace sentir incómodos de otros lugares, nos ayudará un poco a detectar aquellos detalles en la casa que pondremos en renta, que pudieran ser un factor que marque la diferencia.

  • Crear el espacio perfecto.

Existen algunos “trucos” que ayudan a crear un ambiente de amplitud mayor, ya sea utilizar colores blancos en las paredes, o los bien conocidos espejos que siempre son una buena opción para darle un efecto de grandeza al hogar. Son pequeñas inversiones que crearán una mejor impresión y sensación a los nuevos inquilinos.

  • Radiante iluminación.

Mientras más iluminado sea un espacio, generará una mejor apariencia de limpieza y tranquilidad.

Mantener las ventanas descubiertas o cambiar la iluminación a nuevas luces, son pequeños cambios que harán la diferencia y tendrán un gran impacto.

  • Que nunca falte el constante mantenimiento.

Desde un cristal golpeado, hasta unos pequeños arañazos en un mueble, son detalles que, si les prestamos atención, si los reparamos, garantizará una mejor aceptación de parte de los visitantes.

Quizás si todo está perfecto no noten la reparación, pero, en serio, al estar el golpe o algún otro defecto ahí, será visto y lo menos que queremos es que recuerden que tuvieron algún inconveniente en el hogar.

  • Ahorrar con algunos elementos.

Al ser amigable con nuestro principal hogar, el planeta Tierra, y tomar conciencia sobre ella a la hora de invertir en detalles, no solamente estaremos ayudando en el cuidado del medio ambiente, sino que esto también puede beneficiarnos a nosotros con el ahorro, por ejemplo, instalar detectores de presencia para la iluminación, colocar luces de bajo consumo, etc.

Esto también le dará, no sólo un mayor valor a tu casa, sino a ti como anfitrión. Una mayor confianza y una idea de la clase de persona que se tiene como arrendador.

  • La puerta es la primera impresión.

Dicen que la primera impresión es vital y se reduce a los primeros 7 segundos en que tenemos contacto visual con el lugar. Así que, desde la puerta, el cómo nos recibe el hogar, sus aromas, sus colores, cada detalle debe ser impecable.

Recuerda darle una reparación a esas imperfecciones que tiene incluso la puerta por fuera, darle un toque de barniz o pintura nueva, puede ser una de las mejores inversiones para causar una buena primera impresión.

Considera todos estos aspectos y conviértete en el anfitrión que siempre quisiste tener.

En los pequeños detalles está la diferencia y darle ese valor agregado a tu casa, hará que tus huéspedes o arrendatarios queden maravillados y siempre quieran regresar. Al final del día, ese es el objetivo ¿no?

 

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